Autor: Esteban Correa García*
*PhD(c) Ciencias Ambientales
Cuando inicié a trabajar en investigación científica, hace ya casi 20 años, tuve que separar mis creencias religiosas de las rigurosas tareas que exige la metodología científica. Las hipótesis que se plantean en un proyecto de investigación deben estar desprovistas de sesgos ideológicos y plantearse de manera objetiva, con correspondencia de sus causas y su contexto en el mundo material.
Sin embargo, la idea del fin del mundo siempre me ha llamado la atención fuertemente. Recuerdo que uno de los primeros textos que leí a conciencia fue el Apocalipsis de Juan, en un pequeño libro del Nuevo Testamento, el cual también fue casi mi primer libro. Desde entonces, me ha interesado el conocer si realmente nosotros como seres humanos y el planeta que habitamos tendrá un final.
Cuando me adsorbí en mi doctorado en Ciencias Ambientales, me di cuenta que todos los sistemas del Universo, incluido nuestro sistema solar y la Tierra, están sujetos a las leyes de la termodinámica. Aunque la energía no se destruye sino que se transforma, los sistemas, todos, pierden energía con el tiempo, al cabo que finalmente los sistemas tienden a desordenarse, al caos, al tal punto que colapsan hasta destruirse. Todos los sistemas del Universo, ya sea una estrella o un organismo vivo, están sujetos a estas leyes, por lo que todos los sistemas finalmente se destruirán. Esta ley de pérdida de energía en los sistemas, se conoce como Entropía, es así como la entropía es la responsable que nosotros como especie y como planeta, tengamos un final seguro.
La pregunta inevitable que me surge, por mi curiosidad de investigador es: ¿si la Tierra tendrá un final, cuando será este? La evidencia científica y sus predicciones, sustentan de manera muy bien fundamentada que, si bien no puede asegurar con certeza absoluta que el final de la Tierra está cerca, si asegura de manera incontrovertible, que si nosotros, la humanidad, no hacemos nada con respecto al calentamiento global, en el 2030, llegaremos a 2°C grados de más de calor con respecto a la temperatura media del planeta(UNO, 2022), y que para el 2050, la temperatura puede estar entre 3°C a 6°C, grados más caliente (GCP, 2022).
Actualmente hemos aumentado 1.5°C de calor y los efectos son evidentes y devastadores. Al llegar a 2°C, se perderán cosechas, el agua escaseará aún más, muchas especies animales y vegetales desaparecen, los glaciares se derretirán totalmente y el nivel del mar aumentará, al igual que la temperatura de los océanos. Los fenómenos atmosféricos serán más extremos: sequias largas y fuertes tormentas cortas (BM, 2022, UNO, 2022). Este escenario es literalmente “apocalíptico”, sin haber llegado aún a los 6°C de mayor calor. Las predicciones científicas aseguran que al llegar a 6°C de más calor, “el orden mundial que conocemos hoy se acabará” (BM, 2022; IPCC, 2022). Esto significa que los gobiernos de los países no podrán contener las oleadas de personas que migraran de un lugar a otro buscando refugio y alimentos, el dinero perderá su valor y los diferentes sistemas económicos colapsarán. Ya no habrá sentido para trabajar, por que lo fundamental será poder preservar la vida. Teniendo en cuenta que un ser humano no puede vivir sin agua ni alimentos más de 17 días, lo más seguro es que en el escenario de 6°C de más calor, en pocos días, la mayoría de los seres humanos morirá inevitablemente.
Este será el fin del mundo, entendido como el final de nuestra civilización como seres humanos. Seguramente la especie humana seguirá existiendo reducida, en un mundo pos-capitalista, pos-carbón, pos-todo. El planeta Tierra como biosfera, seguirá albergando vida, indefinidamente, hasta que la entropía haga su trabajo y desordene los ecosistemas totalmente. Luego, después de millones de años, el destino final del planeta es ser adsorbido por la gravedad del sol, junto con sus ocho planetas del sistema.
Esperanza: Ya es inevitable llegar a los 2°C, pero si podemos aún evitar, llegar a los 6°C.
Referencias
BM – Informe del Banco Mundial sobre el cambio climático. 2022: Este informe del Banco Mundial proporciona análisis y recomendaciones sobre cómo abordar el cambio climático a nivel global y regional. El informe incluye información sobre los impactos del cambio climático en la pobreza, la agricultura, la energía, la salud y otros temas.
GCP – Informe del Global Carbon Project. 2022: Este informe anual es una colaboración internacional de científicos que proporciona información actualizada sobre las emisiones de carbono y su impacto en el clima. El informe analiza las tendencias en las emisiones de carbono y ofrece proyecciones sobre futuras emisiones.
Intergovernmental Panel on Climate Change – IPCC,2022. Informe sobre el clima 2022.
ONU – Informe de la ONU sobre la brecha de emisiones (Emissions Gap Report). 2022: Este informe anual publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) analiza la brecha entre las emisiones de GEI actuales y las necesarias para mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C o 1.5°C. El informe también destaca las medidas necesarias para cerrar la brecha y reducir las emisiones de GEI.
ONU – Informe sobre el estado del clima. 2022: Este informe anual es una colaboración de varias agencias y organizaciones de EE. UU. que proporciona información sobre el estado del clima en todo el mundo. El informe analiza los cambios en la temperatura, el nivel del mar, las precipitaciones y otros indicadores climáticos.